Al empezar el crepúsculo te buscaré con timidez inicial, iré recorriendo tu ropa y al paso que se va desnudando tu piel, miles de besos la irán aprisionando; recorreré tus rincones con mis labios y mis manos harán música en tu cuerpo; perderemos la noción lentamente, y no sabremos quién es quién, sino hasta el día siguiente en el que el sonar de campanas de la iglesia cercana nos recuerde nuestros nombres.
1 comentario:
Muy sugerente, incluido el sonar de campanas..
Publicar un comentario