La Sandra poetisa en verso libre,
aquella con sus dedos violinista
que acaricia las rosas cuan florista
para que en fantasía el amor vibre.
En vibraciones que dome la rima,
que acorte la métrica con fortuna
y que la libertad sin duda alguna
presida la rítmica hasta la cima.
Y en la cima, ya a la luz de la luna,
suene la sinfonía embriagadora
que haga bailar al vino en la botella.
Y la embriaguez mecedora de cuna
dance y dance hasta el tiempo de la aurora,
dance y dance en honor de Sandra bella.
1 comentario:
Bello, musical, bailarín, danzarín. Que dance,,que dance esa Sandra bella, ¡Lindo!
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