Castigo con el latigo,
palabras que viven recónditas
en los parajes de la angustia.
Fue víctima, victimario.
Restañó sus heridas sangrantes
con la bandera izada en lo alto
por el nombre de su decencia.
Una mañana las venas secas
despertaron en otra mujer.
2 comentarios:
No le entendi muy bien a tu poema pero como siempre escribes muy bonito
acabo de encontrar esta pagina y me ha gustado mucho me gusta como escribes gracias por compartirla
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