4.2.05

No Me Pidas

De qué otra cosa podría hablarte si no es de lo que corre por mis venas, del barullo de amor que me inspiras, del río que corre vertiginoso tratando de enlazarse en tu mar.
No me pidas que calle,
Que deje de hablar del otoño incipiente cuando te conocí, de la luna llena que esa noche nos acompañó.
No me pidas que sumerga las ganas por besar tus labios en otros labios.

Ni me pidas que deje de ver el sol cuando choca contra tu pelo, ni me pidas que deje a oscuras la luz que encuentro en tus ojos.
No me pidas que desande el camino, que de marcha atrás sin ti.
No me pidas Amor, que deje de regocijarme por tanto quererte, que deje de sentir la llama viva,
ni que mutile mis sueños donde apareces constante cuando cierro los ojos,
No me pidas que deje de soñar con tu aroma impregnado en mi cuerpo, ni que deje de sentir tus cálidas manos cuando me recorres la piel.
No me pidas Amor, que sea cueva, oscuridad sin luz a mi paso, que sea ciega para no ver las veredas que me lleven a tu bosque, que deje las ganas de cantar al alba a tu lado, que deje de latir el tintineo de mi corazón cuando apenas te nombra.

No me dejes Amor que sea agua turbia, límpiame, házme cristalina, pura, agua hervida libre de cualquier mal para que me bebas.
No me pidas que deje de llamarte mía, posesión en que te siento.
No me pidas...

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