Llévame dentro de la luz de tus ojos,
por tú cara de sol,
igual que con la suavidad de tus manos, llévame.
Llévame, al escondite que guarda tu vientre,
el estallido que está aún silente y que despierta
de a poco, llévame.
Temprano al alba, llévame,
al atardecer guárdame.
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