El beso aquel que no mencionaste
se quedo agazapado,
trémulo esperaba detrás de la cortina
de humo, donde tus ojos
vivaces se mecían con la música y
tu mente hacía carcajadas de palabras
para evitar pensar en él.
Y ahí, olvidado, agazapándose
junto con la noche, fue muriendo
poco a poco.
2 comentarios:
mmm.. probablemente la timidez apareció en el momento menos oportuno.
ah que poema... esta bonito
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