El costado dormido de la noche amaneció en tus labios sonrosados, esos labios que me susurraron Te Quiero al oído, los mismos que horas antes me bebí palmo a palmo.
Tus labios...
Labios que muchas veces tiemblan de deseo y que esconden mil auroras.
El costado dormido de la noche se refugió cansado entre tus brazos, brazos que la vieron amanecer y cobijaron de abrazos.
Tus brazos...
Brazos que me guardan de perderme, y que me ensalzan en su goce.
El costado dormido de la noche amaneció a tu lado, eclipsado por tu cuerpo.
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