Mi cuerpo te canta en las mañanas
y te reclama apenas despierta.
Te busca entre tu alcolchado donde aún duermes,
mis manos por voluntad propia desean alcanzarte,
deslizándose por los pliegues que dejamos en la cama.
Mi cuerpo te canta,
te ansia,
y tu duermes.
Te acaricio tu mejilla y a tus labios semiabiertos,
me pego a tu cuerpo tibio,
mi brazo te abraza,
mis piernas se engarzan a las tuyas.
Mi cuerpo te canta,
se enmiela poco a poco,
te hago presa de mis besos,
mientras tu cuerpo se va desperezando,
erizando tu piel,
encontrando mi fuente te vas embriagando,
ya no eres calma,
eres remolino,
huracán que te vas llevando todas mis
posesiones.
Me elevas en tu frenesí,
mi cuerpo canta,
te llena,
se hacen uno,
me amoldo a tu cuerpo,
diriges,
te guío,
mi cuerpo canta,
en éxtasis nos desbordamos
hasta que el placer nos rebasa,
estallas Amor Mío,
y a la par mi cuerpo contigo.
3 comentarios:
Las imágenes están ahí y la emoción tambien. Me gustó mucho leerlo.
Saludos Destin!
Bonito poema, mucho frenesí, me gustó, develas mucha pasión en el.
Por estos días mi cuerpo tambien canta, para sus adentros, pero es un canto incierto, a veces tan amargo, a veces agridulce, otras veces sublime... y se convierte en un tango, te invito a que lo leas ;).
Un caluroso abrazo desde tierras venezolanas.
El duende
Se acuera usted del probervio que dice:
cuando el hombre trabaja, Dios lo respeta, cuando el hombre lucha, Dios lo sostiene, pero cuando el hombre canta
... Dios lo ama.
Qué amado es su cuerpo entonces
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